lunes, 2 de febrero de 2009

Ambiciones tras una noche de resaca

Hoy es día de constante fluido neuronal. Un día de resaca causado por una noche surrealista, nostálgica,…es una tarde de ambición.

Estoy en un momento de mi vida, realmente bueno, creo que formando un carácter del cual no me arrepiento en absoluto. Por primera vez puedo decir en alto que se lo que quiero. Que se lo que hago, que estoy comiéndome el mundo que deseo y el que hasta ahora no he visto. Tampoco me arrepiento de no haberlo visto antes, porque seguramente estaba en una etapa de transición adolescente.

Bueno, sin irme más por las ramas, que es bastante normal en mí, llevo ocho meses metida en el seno del Arte, o díganle el arte de tocarse los huevos meditando sobre libros, escuchando mil cd’s, hiendo a cien bares con la compañía que más quiero, rodeada de algo más que gente. En resumen dedicándome a aquello que quiero, y que solamente reprocho no haber estado en el vientre de la madre de Rusiñol, para realmente poder afirmar que mi vida sería la de rascármelos sin el problema del tener que trabajar. Esto es lo único preocupante, aunque no puedo quejarme del todo, sólo tiene un cuarto de hipocresía y el resto que cobro poco.

A parte de esto, quiero tocar el piano. ¡Y ayer lo vi! Ayer asistí a un pequeño concierto de grata compañía y babee como un lobo hambriento! ¡Tuve una sensación sublime! No pude resistirme a ver como realmente era una atmósfera llena. Puede que exagere pero es algo que envidio. Cuando trabajo en mi ámbito, en las bellas artes sólo roe en mis pulmones y corazón las ideas, las consideraciones de otros, y el meditar tras la obra acabada. Y es esto lo que me falta para crear una performance! El eco, la música y no puedo dejar de envidiar el hecho de no tener en mi el aprendizaje suficiente para desarrollar melodías. Y, el hacerlo con otros.

Es mi próximo reto, y lo que quiera surgir dentro de mi mundo fatal psicodélico.

Quiero lamer mil colmillos de marfil
Mirar al techo con los párpados cerrados
Y agonizar frente a luces azabaches y esmeraldas.
Quiero sentir la fría petaca de White label
Por detrás de mis orejas.
Quiero que se vuelvan eternos,
Y los demás sean ácidos y de variables
aromas sobre el femíneo cuerpo.
¡Quiero serlo!
Sólo así seré la pluma
Que le falta al pasajero abanico
Que yo decido y deciden.

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