miércoles, 28 de enero de 2009

Ninfea



Y el nenúfar volvió a sumergirse en un calmado baño,
para tumbar las inquietudes del día.
Y mientras se bañaba,
miraba lánguidamente a la Mona Lisa,
como el niño que miraba su cálida mamá.
¡Y qué fría se está quedando el agua!
Y el nenúfar se secó y abrigó con la corteza de la almendra,
Se embalsamó con su sangre,
y se aposentó sobre el agradable prado.
hasta la aurora
¿Qué tendrá el atardecer, que cuando nace mi amante nacarada, macera mi subconsciente?
Pues observo tanto mi blanquecina amante, que planamente recojo su forma.
(borrador: una corrida mental surrealista)

No hay comentarios:

Publicar un comentario